¿Qué es la vitrectomía?
La vitrectomía es una técnica de microcirugía ocular que se utiliza para extraer el vítreo, es decir, el gel transparente que rellena la cavidad ocular.
Se trata de un procedimiento introducido de forma pionera en España por los especialistas de IMO, con más de 30 años de experiencia en su ejecución, y que ha permitido que muchos pacientes que hace años perdían irremediablemente la visión, puedan mantenerla o recuperarla a niveles muy satisfactorios.
“Es la cirugía que accede a la retina y, por tanto, todas las enfermedades de la retina que sean susceptibles de operarse pueden realmente beneficiarse de técnica”. Dr. Corcóstegui – IMO Barcelona
¿En qué casos se realiza?
La técnica está indicada para curar enfermedades propias del vítreo pero, aun estando el vítreo en buenas condiciones, puede ser necesario extraerlo para trabajar directamente sobre la retina y tratar otras enfermedades que afecten a este tejido.
Así pues, hay varias patologías oculares que pueden requerir una vitrectomía:
- Retinopatía diabética
- Desprendimiento de retina
- Heridas oculares o traumatismos
- Agujeros maculares, degeneraciones maculares con neovasos u otras enfermedades de la mácula
- Problemas secundarios o inflamaciones del ojo
- Patologías relacionadas con la alta miopía
- Complicaciones después de operaciones de cataratas
- Complicaciones derivadas de la uveítis
Exámenes previos
Antes de la intervención se realiza un examen ocular detallado, y con frecuencia, una ecografía que muestra el estado de los tejidos oculares.
También se pueden sumar otras pruebas, como son:
- Tomografía de Coherencia Óptica Retiniana (OCT): escáner que se utiliza para captar imágenes de las diferentes capas de la retina en alta definición
- Angiografía: prueba de contraste para ver posibles pérdidas de fluido o daños en vasos sanguíneos de la retina
- Test electrofisiológico: prueba que registra la estimulación eléctrica del ojo para detectar problemas en la retina y en toda la vía óptica hasta la corteza cerebral
Durante la intervención
El cirujano realiza tres pequeñas microincisiones (menos de 1 mm) en la esclera o pared externa del globo ocular, a través de las cuales se accede a la cavidad vítrea y se introducen delicados instrumentos para practicar la intervención: una luz de fibra óptica que ilumina la retina, una cánula de irrigación que mantiene la presión intraocular y un vitrectomo que corta y extrae el vítreo, además de utilizarse tijeras, pinzas… seleccionadas para cada caso.
Durante la cirugía, en algunos pacientes se inyecta gas en la cavidad ocular, que favorece el proceso de reparación de la retina y que se va absorbiendo progresivamente. En otras ocasiones, en lugar de gas se usa aceite de silicona, que no desaparece naturalmente y que puede tener que extraerse en una segunda operación, pasados unos meses, siempre y cuando el oftalmólogo lo aconseje.
La vitrectomía se lleva a cabo con anestesia local y dura entre una y dos horas, dependiendo de la patología. A veces se combina con otros procedimientos paralelos, como la cirugía de catarata o el trasplante de córnea, si también se requiere actuar sobre otros tejidos.
“La vitrectomía es una técnica de microcirugía ocular que permite entrar en la cavidad vítrea y acceder a la retina para realizar maniobras y mejorar patologías oculares”. Dr. Mateo – IMO Barcelona
Después de la intervención
Normalmente se retira el parche oclusivo del ojo al día siguiente. Es posible que el paciente note molestias leves tras la operación, como sensación de cuerpo extraño o roce al parpadear, ojo rojo e hinchazón palpebral.
En general, puede hacer vida normal sin restricciones importantes, aunque la primera semana se recomienda evitar movimientos bruscos con la cabeza y se desaconseja realizar ejercicio físico intenso.
Debe tenerse en cuenta que la recuperación no es inmediata y que los primeros resultados se aprecian tras varias semanas o meses. En los casos en los que se inyecta gas o aceite de silicona, la presencia de estas sustancias provoca mala visión, que va mejorando gradualmente.
Riesgos
Los riesgos de una vitrectomía son menores que los beneficios que se esperan para mejorar la visión después de la intervención.
Algunos de los posibles riesgos son sangrado postoperatorio, desprendimiento de retina, aumento de la presión ocular en el postoperatorio, catarata o infección.
Patologías asociadas
Testimonio
De repente todo se truncó y tengo claro que, de no haber sido por IMO, hoy iría con bastón
César Francisco González
Expertos que llevan a cabo este tratamiento
Preguntas frecuentes
Después de cualquier operación del ojo puede hacerse deporte o esfuerzo físico, aunque es conveniente esperar unos días para que las cicatrices se establezcan. Normalmente, diez o doce días suele ser un tiempo suficiente para poder realizar una vida normal. En todo caso, siempre es mejor consultarlo con el médico, por si puede existir alguna contraindicación.
Los síntomas del desprendimiento de retina son sensación de luces (fotopsias) o cuerpos flotantes en el espacio vítreo o, en ocasiones, una mancha progresiva o descenso visual. Es importante que contacten lo más rápidamente posible con su oftalmólogo. En cualquier caso, no es una urgencia vital, pero conviene que la operación se realice cuanto antes por parte de un cirujano experto.
Si un paciente operado de cataratas o de otro proceso intraocular sufre una pérdida severa de visión con ojo notablemente rojo y dolor ocular, tiene que acudir lo más urgentemente posible al oftalmólogo. No tiene que retrasarse ni un día, ya que esta urgencia puede ser fundamental para la visión del ojo.
En general, puede hacer una vida normal, excepto si lleva gas dentro del ojo, en cuyo caso, debe adoptar la posición que le indique su médico. Siempre debe evitar viajar en avión o a alturas superiores a 800- 600 m., como el paso por puertos de montaña, bien en tren o en automóvil. Ante esta necesidad, hay que consultar al oftalmólogo.
Es mucho más frecuente que aparezcan hemorragias en el post-operatorio de una intervención, especialmente si se ha practica vitrectomía, en el caso de los pacientes con retinopatía diabética. Esto se debe a que las paredes de los vasos de estos pacientes son enormemente frágiles y más tendentes a producir sangrados.
Es mucho más frecuente que aparezcan hemorragias en el post-operatorio de una intervención, especialmente si se ha practica vitrectomía, en el caso de los pacientes con retinopatía diabética. Esto se debe a que las paredes de los vasos de estos pacientes son enormemente frágiles y más tendentes a producir sangrados.
Antelación
En ocasiones, los pacientes desean realizarse tratamientos para verse mejor antes de un evento o de una ocasión especial. En estos casos, en líneas generales, se suele recomendar realizarlos con una antelación mínima de 3 semanas, para que:
- se puedan apreciar los resultados definitivos
- no hayan marcas
- tener margen para realizar retoques, en caso de que sean necesarios
Tratamientos quirúrgicos
Por su parte, los tratamientos quirúrgicos se suelen realizar con una antelación mínima de 2 meses para poder apreciar los resultados definitivos. En este sentido, generalmente, son cirugías mínimamente invasivas, sin marcas visibles, que tienen por objetivo mantener la armonía del rostro del propio paciente, alejándose de resultados demasiado artificiales.
La mejor época del año
La mayoría de tratamientos tanto de medicina estética, como quirúrgicos, pueden llevarse a cabo en cualquier momento del año.
La única excepción son los láseres (IPL y CO2), cuya aplicación no se realiza en periodo estival, ya que los rayos del sol inciden de forma negativa en el postratamiento.
Descubre aquí todos los tratamientos que realiza el Departamento de estética.
Si no tiene gas ni aceite de silicona puede dormir en cualquier posición. Al no existir ningún elemento taponador (gas o aceite de silicona) no es necesario que el paciente se posicione.
Si practicas deporte, debes tener el mismo cuidado que cualquier otra persona. Puedes utilizar gafas de protección para evitar lesiones o irritación ocular.
Por otro lado, el ojo con alta miopía tiene una mayor predisposición a padecer ciertas enfermedades oculares, especialmente de retina.
Algunos de los principales problemas relacionados con este factor de riesgo son el desprendimiento de la retina, la degeneración de la retina central por placas de atrofia, el crecimiento de vasos por debajo de la mácula (centro de la retina), el agujero macular miópico y la separación de las capas de la retina macular (squisis).
Estas enfermedades pueden provocar una discapacidad visual importante e incidir directamente en la calidad de vida, por lo que es importante diagnosticarlas de forma precoz. Existen ciertos signos de alarma, como la aparición de moscas volantes (manchas negras que se mueven entorpeciendo la visión), la visión de luces similares a flashes, manchas fijas en la visión o la visión distorsionada de las líneas rectas. Ante cualquiera de estos síntomas, visita a tu oftalmólogo.
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Podría ser síntoma de un desprendimiento de retina, se aconseja visitar al oftalmólogo con urgencia para confirmarlo. De ser así, debería tratarse enseguida ya que las posibilidades de mejora son mucho mayores si no se desprende la mácula o área central de la retina.
Las restricciones a la hora de volar después de una operación de desprendimiento de retina son debidas al gas terapéutico que, en algunos pacientes, se inyecta en el interior del ojo para favorecer el proceso de reparación de la retina. Este gas puede expandirse si disminuye la presión atmosférica, como ocurre a mucha altitud, lo que puede hacer aumentar la presión intraocular y, en consecuencia, dañar el nervio óptico. Para evitarlo, desaconsejamos viajar en avión hasta que el gas nos se haya reabsorbido totalmente, un proceso que suele tardar entre una semana y un mes, en función de los casos, y cuya evolución debe valorar el oftalmólogo. Sin embargo, con el paso de los meses, cuando la burbuja de aire ya haya desaparecido por completo de la cavidad ocular, no hay inconveniente en poder coger un avión.
Por otro lado, hemos de tener en cuenta que esta restricción inicial no afecta a los pacientes a quienes, en vez de inyectarse gas, se introduce aceite de silicona durante la vitrectomía, con el mismo objetivo de ayudar a mantener la retina en su posición. Como contrapartida, este aceite es una sustancia que no se reabsorbe ni desaparece por sí sola, de modo que es necesario llevar a cabo una segunda intervención quirúrgica para extraerla al cabo de entre 2 y 6 meses, en el momento idóneo en que el cirujano así lo indique.
El hecho de padecer desprendimiento de vítreo no tendría por qué perjudicarte a la hora de operarte de la catarata. De hecho, se calcula que la mitad de las personas de más de 65 años padecen cataratas y la mayor parte de ellas tienen, además, desprendimiento de vítreo. Por lo que se refiere al desprendimiento de retina, si está operado con éxito y convenientemente, no supone tampoco un factor de riesgo añadido en una cirugía de cataratas.
Para mayor seguridad, sería conveniente valorar si existen lesiones en la retina que puedan producir complicaciones en el momento de operar la catarata, por lo que se recomendaría una revisión con un especialista en retina antes de someterse a cirugía de catarata.
El desprendimiento posterior de vítreo es un proceso común a medida que avanza la edad ya que, con los años, el humor vítreo (líquido gelatinoso que rellena la cavidad ocular dándole forma y consistencia) tiende a deteriorase. Como consecuencia, se contrae y pierde tu textura gelatinosa hasta separarse espontáneamente de la retina. Los principales síntomas que conlleva son la visión de moscas volantes o puntos negros que se mueven alrededor del ojo y la percepción de destellos luminosos, cuya frecuencia, aunque pueden persistir largos periodos, suele disminuir con el paso del tiempo. Generalmente, no se aplica ningún tratamiento ya que no se puede revertir el proceso por el que el vítreo pierde su consistencia, pero es necesario realizar una evaluación oftalmológica para seguir su evolución y descartar un posible desprendimiento de retina, en cuyo caso suele requerirse una intervención quirúrgica.
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