Hipermetropía: qué es, causas, síntomas y tratamiento

La hipermetropía es uno de los defectos de refracción más comunes y afecta tanto a niños como a adultos. Se caracteriza por la dificultad para enfocar los objetos cercanos, lo que provoca visión borrosa, fatiga ocular y dolores de cabeza. En IMO Grupo Miranza diagnosticamos y tratamos esta condición mediante un abordaje personalizado que puede incluir gafas, lentes de contacto o cirugía refractiva, ofreciendo soluciones adaptadas a cada caso.

¿Qué es la hipermetropía?

La hipermetropía es un defecto de refracción que se produce cuando la imagen de los objetos se enfoca por detrás de la retina en lugar de sobre ella. Esto sucede porque el ojo es más corto de lo normal o la córnea tiene una curvatura insuficiente.

Las personas con hipermetropía pueden ver relativamente bien de lejos, pero tienen dificultad para enfocar de cerca, lo que genera problemas en actividades cotidianas como leer, usar el ordenador o mirar el móvil.

¿Qué pasa cuando una persona tiene hipermetropía?

Cuando una persona tiene hipermetropía, la visión cercana se percibe borrosa o poco nítida. A menudo, el ojo realiza un esfuerzo adicional para compensar este defecto, lo que puede provocar:

• Fatiga ocular y sensación de ojo cansado.
• Dolores de cabeza tras periodos prolongados de lectura o trabajo en pantalla.
• Enrojecimiento ocular y lagrimeo.

En los niños, la hipermetropía sin corregir puede derivar en estrabismo infantil o en un bajo rendimiento escolar debido a la dificultad para mantener la atención en tareas de cerca.

¿Cuál es la diferencia entre hipermetropía y astigmatismo?

Aunque ambas son alteraciones de la visión, la hipermetropía y el astigmatismo son defectos distintos:

• Hipermetropía: dificultad para ver de cerca porque la imagen se forma detrás de la retina
• Astigmatismo: visión borrosa tanto de lejos como de cerca, causada por una curvatura irregular de la córnea o del cristalino.

Es frecuente que una persona tenga hipermetropía y astigmatismo al mismo tiempo, lo que requiere una corrección óptica adecuada y personalizada.

¿Cómo se puede corregir la hipermetropía?

Existen diferentes alternativas para corregir la hipermetropía:

• Gafas: son la solución más sencilla y habitual. Pueden ser monofocales o progresivas, en función de la edad y necesidades del paciente.
• Lentes de contacto: una opción cómoda para quienes prefieren no usar gafas en su día a día.
• Cirugía refractiva: técnicas como el láser o la implantación de lentes intraoculares permiten corregir la graduación de forma permanente. Se recomienda en pacientes adultos con una graduación estable.

En IMO Grupo Miranza contamos con especialistas en cirugía refractiva que valoran cada caso para ofrecer la mejor opción de tratamiento.

¿Qué pasa si tengo hipermetropía y no uso gafas?

No corregir la hipermetropía puede provocar:

• Mayor cansancio ocular y molestias visuales.
• Dolores de cabeza frecuentes.
• Dificultad en el rendimiento académico en niños.
• Riesgo de desarrollar estrabismo infantil.

En adultos, la falta de corrección no solo afecta la calidad de vida, sino que puede agravar la fatiga visual y acelerar la necesidad de compensar con lentes progresivas cuando aparece la presbicia.

¿Por qué es importante detectar y tratar la hipermetropía a tiempo?

La detección temprana de la hipermetropía es esencial, especialmente en niños, ya que su visión se encuentra en desarrollo. Un diagnóstico precoz mediante pruebas oftalmológicas permite prevenir complicaciones como el estrabismo o la ambliopía (ojo vago).

En adultos, las revisiones periódicas ayudan a ajustar la graduación ocular y a decidir si es conveniente plantear un tratamiento definitivo como la cirugía refractiva.

Por ello, los especialistas de IMO Grupo Miranza recomiendan realizar una revisión visual anual, incluso en ausencia de síntomas, para asegurar la salud ocular a largo plazo.