El ojo rojo es una patología muy común. El Dr. Gris nos cuenta a qué se debe y por qué puede ser perjudicial automedicarse
9 de agosto de 2012
¿Qué es el ojo rojo?
Hablamos de ojo rojo cuando la parte blanca del mismo toma una coloración rojiza. Muchas veces se debe sólo a una inflamación de la superficie ocular, pero en ocasiones la inflamación es del interior del ojo, lo que puede ser síntoma de una patología más grave.
¿Cuáles son las causas más frecuentes de ojo rojo?
Afortunadamente la mayoría de pacientes que presentan ojo rojo sólo tienen una inflamación leve en la superficie ocular, que puede deberse a distintas patologías. Las más frecuentes son las conjuntivitis, pero también el síndrome de ojo seco y las alteraciones relacionadas con el uso de lentes de contacto. Cada causa tendrá un tratamiento específico, en la mayoría de casos muy efectivo: Conjuntivitis Hay distintos tipos de conjuntivitis, cada una con un tratamiento específico. En verano surgen las conjuntivitis alérgicas y las irritativas, debido a las piscinas o a los aires acondicionados, y durante todo el año las conjuntivitis bacterianas y también las víricas, muy frecuentemente asociadas a resfriados. Cada tipología requerirá un tratamiento u otro (antibiótico, antiinflamatorio, lágrimas artificiales,…) y hay que saber que el tratamiento que funciona en unos casos, en otros puede ser perjudicial. Ojo seco Algunos casos de ojo rojo se deben a la sequedad ocular. Consiste en un conjunto de síntomas y molestias debidos a una mala lubricación de la superficie del ojo, ya sea porque el ojo produce poca lágrima, o porque la lágrima es inestable y de mala calidad, con lo que se evapora rápidamente y acaba produciendo sequedad. La sensación de sequedad y escozor suele disminuir al cerrar los ojos.
La mayor parte de pacientes tienen un ojo seco leve, y pueden controlarse bien con el uso de lágrimas artificiales, ya sea de forma ocasional (delante del ordenador, con el aire acondicionado o en situaciones específicas en las que deben recibir el tratamiento), pero otros deben hacerlo de forma continuada. Existen tratamientos que pueden personalizarse según el tipo de ojo y la comodidad del paciente. Mal uso de las lentes de contacto El mal uso de lentes de contacto es una causa frecuente de ojo rojo. Puede deberse al uso abusivo al llevarlas demasiado tiempo, dormir con las lentes puestas, tener una higiene inadecuada, y ahora en verano también por bañarse con las lentes de contacto en mar o piscina. Es una práctica bastante frecuente, pero no es recomendable porque hay un parásito, la acanthamoeba, un organismo celular que suele estar en el agua, y que, aunque es infrecuente, puede afectar a los portadores de lentillas y producir una infección grave, sobre todo si no se trata en los primeros días. Por lo tanto, se puede ir a la playa, río, pantano o piscina con lentes de contacto, pero sin bañarse con ellas, para así evitar riesgos.
¿En qué casos hay que acudir al oftalmólogo?
En principio, si no hay pérdida de visión ni dolor, no debemos preocuparnos demasiado. Si es solo una rojez, por una irritación puntual, normalmente las lágrimas artificiales sin conservantes aliviarán el problema, y solo es conveniente la visita al oftalmólogo si en 24 horas no remite. Pero si hay pérdida de visión o dolor, el ojo rojo puede responder a una afectación más grave a nivel de la córnea, y la visita al oftalmólogo debe ser urgente.
Precauciones para unos ojos sanos durante el verano
El ojo requiere los mismos cuidados que la piel: buena hidratación y medidas protectoras ante las agresiones del sol, el cloro, los desinfectantes de las piscinas,… Las principales recomendaciones serían:
- Llevar gafas de sol para la exposición solar prolongada
- Lubricar el ojo con lágrima sin conservantes si se produce sequedad ocular
- Utilizar gafas de baño si estamos mucho tiempo en el agua, sobre todo los niños
- No bañarse con lentes de contacto para evitar complicaciones que pueden agravarse.
Recomendaciones ante el ojo rojo: no automedicarse
Los tratamientos cada vez son más personalizados porque cada paciente es un mundo, e incluso cada ojo puede evolucionar de forma distinta. La efectividad de los medicamentes es cada vez mayor, pero el tratamiento que es adecuado en un caso puede ser perjudicial en otro. Por eso es importante no automedicarse y consultar con los expertos. Si además de ojo rojo hay pérdida de visión general, la visita al oftalmólogo debe ser urgente.
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