
¿Qué son los skinboosters?
Los skinboosters son microinyecciones de ácido hialurónico de baja densidad que nutren e hidratan la piel en profundidad.
Para ello, estimulan la producción de colágeno y restablecen el hidrobalance cutáneo. Sus principales beneficios son:
- mejoran la elasticidad y la estructura de la piel
- dan luminosidad y hacen que la piel luzca suave y tersa.
¿En qué casos se realiza?
Los skinboosters se realizan a pacientes con pieles jóvenes, a partir de los 30-35 años. No obstante, se pueden llevar a cabo antes de esta edad, según las necesidades del paciente.
Las pieles jóvenes son las mejores candidatas para el tratamiento con skinboosters
Asimismo, este tratamiento es ideal para tratar los primeros signos de la edad o de otros factores que pueden hacer mella en la piel y en su tono, como por ejemplo:
- la sobreexposición prolongada al sol
- los efectos de una mala alimentación
Algunas de las zonas más sensibles y sobre las que actúan los skinboosters son:
- el rostro
- el cuello
- el escote
Los skinboosters son ideales para tratar el rostro
Exámenes previos
Antes de realizar este tratamiento estético es imprescindible realizar un completo examen y evaluación personalizada del paciente.
Asimismo, se realizan fotografías para valorar el estado del paciente antes y después del tratamiento.
Durante el tratamiento
El tratamiento con skinboosters se realiza en consulta, de forma prácticamente indolora y mínimamente invasiva para el paciente.
Antes del tratamiento, se aplica una pomada anestésica para disminuir posibles molestias.
Paciente antes del tratamiento con skinboosters
A continuación, se realizan múltiples punciones que inyectan pequeñas dosis de ácido hialurónico. Se trata de una sustancia de origen natural que penetra hasta las capas más profundas de la piel para rejuvenecerla desde el interior.
Cada sesión dura entre 20 y 60 minutos, en función de la zona a tratar. Las sesiones se realizan según la necesidad de cada paciente. Se recomienda un protocolo inicial de 3 sesiones con un mes de intervalo entre ellas, seguidas de 1 sesión trimestral o semestral según la percepción de cada persona.
Tras el tratamiento
Puede surgir una ligera irritación o algún pequeño hematoma, que desaparece a los pocos días.
El paciente puede incorporarse de inmediato a su actividad cotidiana. No se requieren bajas ni cuidados especiales, aunque es aconsejable complementar el tratamiento con una buena protección solar y una correcta hidratación para prolongar los efectos.
Los resultados pueden apreciarse a la semana de tratamiento, aunque tras la segunda sesión, se hacen realmente visibles.
El efecto permanece entre medio año y un año, en función de la piel y de los cuidados generales del paciente, por lo que pasado ese tiempo se aconseja realizar sesiones de mantenimiento.